Dr. Gabriel Morales


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Relajamiento Vaginal

Procedimientos

Muchas mujeres sufren innecesariamente de condiciones que involucran el relajamiento pélvico. La diagnosis y el tratamiento apropiados a menudo hacen posible que la paciente viva de nuevo una vida sin los perjuicios y las molestias asociados con el relajamiento pélvico.

Treinta millones de mujeres norteamericanas sufren de síntomas de relajamiento vaginal e incontinencia urinaria.

La meta es familiarizarla con las diversas formas de relajación pélvica que existen, y también con sus causas, síntomas y tratamiento. Los órganos pélvicos incluyen a la vagina, el útero, los ovarios, la vejiga y el recto. Estos órganos son mantenidos en su posición normal por tres tipos de soporte: 1) músculos, 2) capas de tejido llamado fascia y 3) ligamentos.

Al ser dañados estos soportes por diversas razones, uno o más de los órganos pélvicos puede relajarse y, ocasionalmente, incluso se asoma hacia afuera de la vagina. A estos se les llama defectos del soporte pélvico, o prolapso pélvico.

Durante el parto, al pasar el bebé por el canal del parto, los músculos, fascia y ligamentos se separan y pueden debilitarse. Este debilitamiento empeora gradualmente y, con los años, puede ocasionar que los órganos pélvicos no mantengan su posición normal.

Otro factor importante del relajamiento pélvico de la mujer es la disminución de los estrógenos, hormonas femeninas que empiezan a disminuír en la menopausia. Esto contribuye no sólo al relajamiento pélvico, sino también a otros problemas de salud en la mujer. Por ejemplo, aumentan los problemas cardíacos de infarto al corazón en mujeres postmenopáusicas.

A veces el debilitamiento de los músculos y del tejido puede ocurrir en mujeres que nunca han tenido hijos. En ellas las causas pueden ser:

  • Debilidad congénita de los músculos o tejidos de soporte.
  • Agotamiento en los tejidos de soporte debido a la tos crónica.
  • Aumentos poco comunes en la presión abdominal.
  • Obesidad.


Los síntomas generales asociados con el relajamiento pélvico dependen de qué órganos sean afectados. A menudo la mujer se siente llena o sufre una sensación de pesadez. Puede haber poca o moderada pérdida de orina al realizar actividades físicas normales, como reír, toser, caminar o correr. En casos más avanzados y menos frecuentes de hecho una masa puede salir de la abertura vaginal. Los síntomas asociados con el relajamiento pélvico dependen de qué órgano u órganos sean afectados, y se definen más específicamente como: :

  • Cystocele.
  • Urethrocele (La mayoría de las veces el cistocele y el uretrocele ocurren en combinación. A esto se le llama cistouretrocele).
  • Rectocele.
  • Enterocele.
  • Prolapso uterino.


El cistocele ocurre cuando la vejiga desciende de su posición normal. El síntoma más común asociado con cistocele es la dificultad para vaciar completamente la vejiga. Esto puede estar asociado con infecciones de la vejiga. Los cistoceles de grandes proporciones pueden ocasionar que la vejiga se llene demasiado y permita que goteen pequeñas cantidades de orina. Esto es más común durante actividades tales como el caminar o accesos de tos.

El uretrocele generalmente ocurre junto con el cistocele. Ambas condiciones resultan, entre otras cosas, en pérdida involuntaria de orina, sobre todo cuando hay un aumento de presión en el abdomen al caminar, saltar, toser, estornudar, reír o hacer movimientos bruscos.

El rectocele ocurre cuando el recto protruye en el canal vaginal. Por lo general los rectoceles son resultado de traumas durante el parto. Con un recto debilitado o sobresaliente, un síntoma común es el estreñimiento.

El enterocele es cuando el intestino delgado sobresale en la pared posterior de la vagina.

El prolapso uterino ocurre cuando el útero desciende, perdiendo su posición normal. Hay varios grados de severidad, de acuerdo al descenso. Esto produce una sensación general de pesadez o de estar llena, o de que el útero está descendiendo.

El diagnóstico de estos problemas incluye un amplio estudio del historial de la paciente y un detallado examen médico. Otras pruebas, dependiendo de las circunstancias, incluyen una prueba de "Q-tip", estudios urodinámicos (estudios computarizados del funcionamiento de la vejiga y de la uretra, totalmente sin dolor, que duran de 15 a 20 minutos), uretrocistoscopía (se utiliza un instrumento para evaluar el interior de la vejiga y de la uretra) y rayos X del sistema urinario.

Para propósitos prácticos, el tratamiento definitivo es la corrección quirúrgica de los defectos específicos.

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